#ElPerúQueQueremos

Próxima beatificación de los Mártires del Perú y el mundo que entregaron su vida por Cristo y su pueblo (Por Fr. Héctor Herrera)

Columna de opinión / Autor: Fr. Héctor Herrera, o.p. Promotor de Justicia y Paz. Provincia San Juan Bautista de Perú / Director de Radio San Martín / Miembro de la RED CNR PERÚ / Contacto: huberop@gmail.com

Publicado: 2015-05-20

(Dato: Mártires de la Iglesia en Chimbote, Perú, que serán beatificados el 05/12/2015 y de nuestro querido mártir Mons. Oscar Romero, el 23 de mayo)

Con gran alegría recibimos la declaración del Papa Francisco de los mártires por su fe, del P. Sandro Dordi, como de los Frailes Franciscanos conventuales Miguel y Zbigniew. Y del gran pastor Mons. Oscar Arnulfo Romero del Salvador.

Conocí a P. Sandro, sacerdote humilde y sencillo, con una sonrisa amplia se acercaba a CINCOS (Centro de Intercomunicación Social) de la Diócesis de Chimbote. Me decía, Héctor me vas a grabar todas las reflexiones de Semana Santa para difundirlas. ¿Cómo no recordarlo? “Héctor me vas a ayudar en las comunidades por Semana Santa, el Castillo, Rinconada, El Progreso”.

Le ayudaba con gusto, en varias comunidades. Veía el gran trabajo que hacía silenciosamente: construcción de locales comunales, capillas, ayudaba a los enfermos con medicina. Se le veía ayudando a los campesinos en las inundaciones de 1983, en la reparación de los canales. Y me decía satisfecho: hay que ayudar a esa gente pobre, que vive de la agricultura y evangelizarlos. Era un varón evangélico de una fe profunda, identificado con los pobres, su vestimenta era sencilla, se calzaba con ojotas. Preocupado por la educación de la niñez, la catequesis y la formación técnica de los jóvenes, crea un centro de educación. Todo esto lo hacía con un amor profundo por su pueblo de Santa. Días antes hablé con él. “P. Sandro, cuídate, es mejor que salgas por un tiempo, tu vida está en peligro”. Y me dijo: “cuando esos quieren matarte, te matan en cualquier parte”. La Iglesia éramos blanco de los violentos. No concebían que la Iglesia contribuyera al desarrollo integral de los pueblos campesinos, y que fueran tomando conciencia a través de los mcs, que despertáramos la conciencia de las personas al evangelio de la vida, la paz que se basa en la justicia.

Así lo comprendimos cuando asistimos al entierro de los mártires de Pariacoto el 9 de agosto de 1991. El 25 de agosto del mismo año, fui a celebrar la eucaristía a la Parroquia de la Virgen del Carmen. Me informan han matado al P. Sandro. La gente estaba conmocionada. Al día siguiente fui a orar ante su cadáver. Lloré al hermano sacerdote y me dije a mi mismo: “fuiste consecuente en tu seguimiento a Jesús, que Él te acoja en su gloria, porque entregaste tu vida por amor a tu pueblo, a los pobres”. Me impactó profundamente su muerte. Pero hoy doy gracias a Dios, porque tu vida no fue en vano. Fruto de tu trabajo pastoral queda mi querido hermanito sacerdote P. Giovanni Sabogal, a quien tú acunaste entre tus brazos.

Otro hecho de alegría para todos los pueblos de nuestra América Latina, mártir de la fe en sus hijos laicos, religiosas, sacerdotes, obispos que entregaron su vida por la fe en Cristo y su coherencia con el Evangelio de la vida es el reconocimiento de Mons. Oscar Arnulfo Romero. Escuché su penúltima homilía a través de Radio Noticias del Continente, un 23 de marzo de 1980. Me alegró e impacto que un obispo se jugara la vida como Jesús, con qué libertad evangélica, decía a los soldados: “Hermanos, son de nuestro mismo pueblo, matan a sus mismos hermanos campesinos y ante una orden de matar que dé un hombre, debe de prevalecer la Ley de Dios que dice: NO MATAR… Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios… Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla… Ya es tiempo de que recuperen su conciencia y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado… El 24 de marzo era asesinado. Hoy nos alegramos de su testimonio y del reconocimiento de su beatificación el 23 de mayo de 2015. Que su espíritu profético marque a toda nuestra Iglesia.

Fuente: CNR / www.cnr.org.pe



Escrito por


Publicado en